lunes, 13 de octubre de 2014

El diagnostico Participativo como herramienta para la identificación de problemas.


Un problema puede surgir como consecuencia de diferentes situaciones, entre las cuales, las más comunes son las siguientes:

• Como resultado del análisis de la situación actual de la comunidad, producto de un diagnóstico participativo.

• Por iniciativa de organizaciones locales como el Consejo Comunal.

Existen diversas formas de identificar problemas, siendo el más usado el diagnóstico participativo o método participativo de lluvia de ideas, el cual permite la identificación y jerarquización, por parte de la comunidad, de sus propios problemas. El diagnóstico participativo se basa en la experiencia en el trabajo comunitario, según la cual, distintas comunidades de bajos ingresos tienen prioridades diferentes, dependiendo de sus circunstancias. 

Las comunidades rurales pobres, por ejemplo, expresan a menudo sus objetivos prioritarios como servicios comunales: hospitales, escuelas, redes hidráulicas, alcantarillado, carreteras. Las personas que viven en suburbios urbanos pueden desear iguales servicios (muchas veces como extensión de las prestaciones urbanas existentes); pero también quieren unirse para luchar por los derechos de los arrendatarios, la seguridad personal y otras reivindicaciones de tipo social.

El diagnóstico participativo debe ser hecho por la comunidad, reunida en asamblea, bajo la dirección del Consejo Comunal, que actuará como promotor y coordinador de la reunión. No obstante, se aconseja buscar el apoyo de un moderador con experiencia en “tormenta de ideas” o “lluvia de ideas” , para asegurar el éxito de la reunión.
El resultado del diagnóstico será, fundamentalmente, la identificación de los problemas sociales -los que afectan a toda la comunidad-, y entre los cuales se selecciona el problema central.

¿Cuales son los problemas, necesidades, recursos y potencialidades? 

El objetivo del diagnóstico participativo es obtener información acerca de los problemas y necesidades comunitarias y su articulación dinámica con recursos locales y externos, así como las oportunidades de desarrollo que tienen los habitantes de las comunidades, ante lo cual definiremos como problemas comunitarios aquellos que afectan el normal desenvolvimiento social de los habitantes residentes en un área geográfica determinada: falta de servicios básicos (aseo urbano, electricidad, agua, cloacas, asfalto); inseguridad, desempleo, falta de infraestructura recreativa (canchas, centros culturales, parques, plazas); de infraestructura social (escuelas, ambulatorios, hogares de cuidado de niños, recreación), entre otros.

Asimismo, definiremos como recursos comunitarios, a las fortalezas presentes en la comunidad: talento humano (albañiles, artesanas, panaderos, ingenieros, mecánicos, maestras); vocación económica y productiva; elementos naturales (árboles frutales, minas, peces, playas, ríos); organización social existente (unidades de batalla electoral, patrullas, grupos culturales, deportivos, religiosos, comerciantes, grupos de voluntarios); líderes naturales; aspectos geográficos, entre otros.

Las oportunidades comunitarias son los componentes ajenos a la comunidad que pueden ser empleados en su beneficio: los programas sociales del gobierno nacional (Mercal, misiones educativas, reservistas...); los planes de financiamiento popular nacional, regional o municipales (Foncrei, Banco del Pueblo, Banco de la Mujer, Fondemi, cajas de ahorro, bancos cooperativos, fondos de crédito regional...); las potencialidades del suelo, entre otros.




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