Un problema puede surgir como
consecuencia de diferentes situaciones, entre las cuales, las más comunes son
las siguientes:
• Como resultado del análisis de la
situación actual de la comunidad, producto de un diagnóstico participativo.
• Por iniciativa de organizaciones
locales como el Consejo Comunal.
Existen diversas formas de identificar
problemas, siendo el más usado el diagnóstico participativo o método
participativo de lluvia de ideas, el cual permite la identificación y
jerarquización, por parte de la comunidad, de sus propios problemas. El
diagnóstico participativo se basa en la experiencia en el trabajo comunitario,
según la cual, distintas comunidades de bajos ingresos tienen prioridades
diferentes, dependiendo de sus circunstancias.
Las comunidades rurales pobres, por
ejemplo, expresan a menudo sus objetivos prioritarios como servicios comunales:
hospitales, escuelas, redes hidráulicas, alcantarillado, carreteras. Las
personas que viven en suburbios urbanos pueden desear iguales servicios (muchas
veces como extensión de las prestaciones urbanas existentes); pero también
quieren unirse para luchar por los derechos de los arrendatarios, la seguridad
personal y otras reivindicaciones de tipo social.
El diagnóstico participativo debe ser
hecho por la comunidad, reunida en asamblea, bajo la dirección del Consejo
Comunal, que actuará como promotor y coordinador de la reunión. No obstante, se
aconseja buscar el apoyo de un moderador con experiencia en “tormenta de ideas”
o “lluvia de ideas” , para asegurar el éxito de la reunión.
El resultado del diagnóstico será,
fundamentalmente, la identificación de los problemas sociales -los que afectan
a toda la comunidad-, y entre los cuales se selecciona el problema central.
¿Cuales son los problemas, necesidades,
recursos y potencialidades?
El objetivo del diagnóstico
participativo es obtener información acerca de los problemas y necesidades
comunitarias y su articulación dinámica con recursos locales y externos, así
como las oportunidades de desarrollo que tienen los habitantes de las
comunidades, ante lo cual definiremos como problemas comunitarios aquellos que
afectan el normal desenvolvimiento social de los habitantes residentes en un
área geográfica determinada: falta de servicios básicos (aseo urbano,
electricidad, agua, cloacas, asfalto); inseguridad, desempleo, falta de
infraestructura recreativa (canchas, centros culturales, parques, plazas); de
infraestructura social (escuelas, ambulatorios, hogares de cuidado de niños,
recreación), entre otros.
Asimismo, definiremos como recursos comunitarios, a las fortalezas presentes en
la comunidad: talento humano (albañiles, artesanas, panaderos, ingenieros,
mecánicos, maestras); vocación económica y productiva; elementos naturales
(árboles frutales, minas, peces, playas, ríos); organización social existente
(unidades de batalla electoral, patrullas, grupos culturales, deportivos,
religiosos, comerciantes, grupos de voluntarios); líderes naturales; aspectos
geográficos, entre otros.
Las oportunidades comunitarias son los componentes ajenos a la comunidad que
pueden ser empleados en su beneficio: los programas sociales del gobierno
nacional (Mercal, misiones educativas, reservistas...); los planes de
financiamiento popular nacional, regional o municipales (Foncrei, Banco del
Pueblo, Banco de la Mujer, Fondemi, cajas de ahorro, bancos cooperativos,
fondos de crédito regional...); las potencialidades del suelo, entre otros.
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